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lo que hay ahí­ dentro

Peter Grünberg y Albert Fert ganaron hace unos días el Premio Nobel de Física. Gracias a ellos, millones de personas interactúan diariamente con miles de dispositivos que hacen sus vidas un poco más fácil. Sus investigaciones sobre el efecto físico de la magnetorresistencia gigante derivaron en los modernos discos duros.

Peter Grünberg y Albert Fert

Personalmente le tengo pavor a los discos duros por muy fiables y modernos que éstos sean. He sufrido muchos reveses a lo largo de mi vida con ellos y nunca he confiado jamás del todo en ninguna tecnología digital de almacenamiento. Soy más pesimista que Cioran y cuando una de mis unidades fenece siempre exclamo un estoico “tenía que ocurrir” al mismo tiempo que me sumerjo en un profundo sentimiento de impotencia.

Hasta no hace mucho casi cualquier persona podía inferir el funcionamiento de casi cualquier cosa con un poco de curiosidad o interés. Todo el mundo sabía algo de mecánica, electricidad, química….y existían miles de remedios caseros para arreglar los objetos que dejaban de funcionar. Ahora es prácticamente imposible. Nadie sabe lo que ocurre “ahí dentro”, llámese motor, ordenador o móvil. Nunca antes nos hemos sentido tan indefensos e impotentes cuando algo va mal y se estropea.

En el primermundismo en el que vivimos es más fácil, rápido y barato volver a comprar que arreglar. De hecho ni los mismos fabricantes a veces quieren arreglar las cosas y remiten a una nueva adquisición.

Recuerdo un viejo libro de costumbres de finales del XIX en el que se recomendaba que cada día, antes de dormir, uno “debía colocarse de la manera en la que le gustara que le encontraran si moría esa misma noche”.

Muy pocos diseños tienen en cuenta esta macabra recomendación. La mayoría están concebidos para los momentos de esplendor, siempre para el caso mejor…pero casi ningún diseñador piensa en cómo se percibirá su creación cuando no funcione, lo haga con dificultad o directamente se convierta en un objeto inerte.

Hay algo tragicómico y mórbido al contemplar un Audi R8 varado, un Iphone sin batería o un software balbuciendo alerts y warnings sin sentido.

Por otro lado, en estos tiempos… ¿un nerdo de campus party es el equivalente al carpetovetónico señor que los sábados se iba a un descampado a hacer chapucillas debajo de su R-6? ¿es un sysadmin el símil del cubano que con dos alambres arregla todas las antenas de su barrio?

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